Apagón en España

Si nos ponemos quisquillosos, y sin eso posicionarme necesariamente con una postura u otra, hay varios puntos que tratar, desde un vector generalista y no necesariamente tratando este tema en concreto, pero que creo que hoy en día es necesario recordar:

  1. La ciencia es contingente. No es un ente con voluntad ni autonomía, ni tiene el ser por sí misma; por lo que la ciencia no puede avalar, no puede decir, no puede justificar. Es un síntoma de la sociedad moderna el atribuir a la ciencia una autoridad y autonomía que no existe.
  2. La ciencia es contemplativa. Se basa en la observación de la naturaleza, de la realidad; la acción del hombre sobre, valga la redundancia, la naturaleza es lo que llamamos tecnología; que si bien se apoya en un conocimiento obtenido científicamente, no es ciencia per se; al igual que la contemplación científica se basa en la técnica. Son dos disciplinas que se nutren entre sí, pero no iguales. La denominada tecnociencia que pretende unificar ambas naturalezas no es sino un sometimiento de la ciencia por la tecnología, con fines ideológicos.
  3. Al respecto, la investigación de un incidente tecnológico no es, bajo ningún prisma, ciencia, más que para un periodista sectario o malintencionado, como @Atreides dice, aunque peca a su vez de cientificismo. Un análisis forense a un sistema informático, por ejemplo, no es ciencia; es técnica (si bien, repito, la técnica se nutre de conocimiento científico).
  4. Como suele pasar con la propaganda, la imagen es vaga y ambigua, puedes usarla para un argumento y el contrario. Por ejemplo, cambia al solitario actor de “estáis todos equivocados” por Alfred Wegener y la tecnónica de placas o Georges Lemaître y la expansión del Universo, ambos científicos enfrentados a “la comunidad científica”.
  5. Y con más propaganda, el tachar de conspiranoico a todo el que discrepe de “versiones oficiales” no me parece digno intelectualmente. Las conspiraciones han existido siempre y lo seguirán haciendo. La “versión oficial” ha sido hasta hace no mucho que el Gobierno de Estados Unidos no espiaba indiscriminadamente a la población, y eran tachados de conspiranoicos los que lo denunciaban… Hasta que salió a la luz PRISM y Edward Snowden. Al igual con el asesinato de JFK, Cambridge Analytica y la manipulación electoral en EEUU, la cumbre del G8 en Génova 2001, el incidente del golfo de Tonkin en 1964, ataques químicos del gobierno de Bashar Al-Assad en Siria en 2013, etcétera, etcétera.

Ahora, unos apuntes más personales, que no tienen que ver con el núcleo temático sino respecto a la ciencia política:

Atribuir al presidente irónicamente como Señor feudal no me parece en absoluto apropiado, ojalá fuera un señor feudal; pues tendría un poder limitado y descentralizado. No voy a desarrollar más, que lo he hecho en:

En el otro lado del espectro ideológico, dotar a una gobierno de legitimidad en base a una mayoría no es eficiente ni conveniente. ¿Le daríamos la misma legitimidad si la otra mayoría lo hubiera elegido? ¿y si legitimado en la mayoría apela exactamente a lo contrario que estas defendiendo y se convirtiera en “conspiranoico”?

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