Tecnofeudalismo: o cómo estamos reviviendo el feudalismo en pleno siglo XXI

Actualmente no paro de platearme la gran dependencia que estamos generando de internet y de las empresas tecnologicas, ya no solo a nivel humano (realizar pagos, gestionar documentos, etc…) sino incluso en el propio entorno y urbanismo, cosas como semaforos inteligentes, cubos de basura con sensores y registro de tarjeta etc… recopilando datos constantemente…

Todo esto dirigido ya no por gobiernos que parecen csda vez tener menos poder sino por empresas y geandes corporaciones, anteriormente los monarcas cobraban su diezmo en grano y cultivos actualmente lo hacen en datos.

Un termino que me gusta mucho para definir esto es de Daniel Estulin: campos de concentracion sin lagrimas, neofeudalismo.

En fin, en cuanto tenga un poco de tiempo lo seguire desarrollado.

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Yo creo que esto también tiene otra cara, pero bueno, también es parte de las ventajas de crear tu propia tecnología.
Como mencioné en una de mis publicaciones, una vez ví a un usuario de Raspberry Pi que había creado un robot usando una como cerebro, alimentado por energía solar y que mediante inteligencia artificial (desarrollada por él mismo), llevaba control de los cultivos de su huerta aplicando fertilizante, verificando el estado de salud de la planta, etc.
Esto me produjo la fantasía de una granja “autosuficiente” en donde podía experimentar en mi cabeza, qué elementos debía tener la misma para depender lo menos posible de ciudades o lugares de alta concentración de personas.
Obviamente es sólo una fantasía, pero proyectar el experimento en mi cabeza, me hizo ver que la tecnología se vuelve en nuestra contra cuando nosotros lo permitimos. Quizás deberíamos endurecer nuestra postura frente a algunas situaciones a nivel social.

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Principalmento yo creo que deberiamos de centrarnos más en el desarrollo de una soberanía tecnologica (independiente de cada país), para que estas cumplan con nuestras necesidades y no de las grandes multinacionales.

Por supuesto, no es tan sencillo, pero sin duda generar alternativas propias a productos externos, nos ayudaría a tener mayor control sobre lo que se hace con nuestros datos o hasta la relación que tenemos actualmente con la tecnología.

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Me voy a tomar la libertad de ir hacia otro lado del que pretende tu publicación, muy interesante y generadora de debate, por lo pronto.

Y es que el concepto ‘tecnofeudalismo’ de Daniel Estulin no me parece, en absoluto, correcto. Me explico desarrollando brevemente:

La Edad Media es un período histórico amplísimo (unos mil años) y ampliamente denostado por corrientes historicistas posteriores, véase el Renacimiento y especialmente la Ilustración. Así, tenemos imágenes populares y medievales absurdas con respecto a la realidad, como la mala higiene, la brutalidad, el totalitarismo de los reyes… Entre ellas, el sistema feudal; un sistema muy concreto que se ha dado en lugares muy concretos en periodos, aún más concretos (mas que muchos piensen que era hegemónico en toda la Edad Media europea).

Como todo sistema socioeconómico, el feudalismo tiene sus más y sus menos, pero precisamente algo que lo caracteriza es, en cierto modo y usando términos anacrónicos, una gran independencia del pueblo con el poder y una forma de anarquismo realista. El poder temporal no estaba en absoluto centralizado, permitiendo estados de poder autónomos unos de otros, independientes y garantes así de la libertad de sus súbditos. Éstos incluso podían moverse de un estado a otro buscando mejores condiciones de vida (algo que en los Estados modernos, con tendencia globalista, se hace cada vez más imposible). Tampoco quiero tratar un ensayo histórico.

¿Pero no sería, pues, un estado “tecnofeudal” un ideal para nuestra causa? Yo mismo he cambiado de feudos, en un inicio mi informática se basaba en el feudo absolutista de Microsoft Windows y cambié mi lealtad al feudo, más libre y seguro, de GNU y Linux. Los feudos aportan libertad en un mundo hipercentralizado que tiende a monopolizar y a acumular el capital/poder en unas pocas manos. Es algo meramente moderno, sería incluso -defiendo- más apropiado denominarlo “tecnoglobalismo” o “tecnoligarquía”. No olvidemos que los Estados totalitarios, de cualquier índole, nacen tras las reformas de la Revolución Francesa, que el fascismo, comunismo, socialismo, liberalismo… Son ideologías modernistas (usando términos teológicos), y que las principales dictaduras de vigilancia, control, centralización… Son todas del siglo XX. ¿Qué más totalitario habría entonces que el siglo XXI sea heredero de éstas? Y evidentemente, no del feudalismo. Que la democracia se convierte en oligarquía vigilante por necesidad (como defendería Max Weber respecto al Estado contractual moderno: «el Estado es el monopolizador de la violencia»). Y no olvidemos que la tendencia tecnocrática si bien no inicia hasta fines del siglo XX, tiene su gran desarrollo en la China del siglo XXI.

Entiendo que he tocado muchos palos, y que seguro que no todos están de acuerdo con el mensaje, pero simplemente quería exponer una reducción de mis argumentos para indicar el por qué no creo que Daniel Estulin haya atinado con su término.

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Me ha encantado leer tu reflexión/opinión. Podrías hacer un post recomendando libros/escritos/ensayos, para profundizar más en el tema del feudalismo como sistema anarquista. Lo del post lo digo por si a alguien más le interesa. Sino tienes algún libro específico, me gustaría leer tus reflexiones en mayor profundidad.
Todo esto si tienes tiempo y te apetece, obviamente.

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¡Muchas gracias por tu mensaje!

Como tal no tengo una sola fuente para sostener tal afirmación, más que diversos autores medievales y su foma de pensar y entender el gobierno, evidentmente la mentalidad es muy distinta a la que tenemos a día de hoy, la forma de ver la vida, el gobierno o el poder dista mucho de los planteamientos de germen liberal jacobino de la actualidad. El gobierno, como poder temporal en la tierra, proviene de Dios o de los dioses, por lo que está, primeramente, limitado a la Ley Sagrada. Después, a la Ley Natural que proviene del estudio de la naturaleza humana. Por otro lado, como limitante inferior, el rey o el señor no tienen capacidad para interferir en la vida privada de sus súbditos, sino que se trata sólo de una relación de servicio y trabajo. La libertad de sus súbtidos en casi todos los casos es mucho mayor a la que tenemos hoy día con el Estado contractual.

Para comprender algo más el pensar medieval, recomendadísimos: «De Regno» y «De regimine principum» de Tomás de Aquino, a parte por supuesto de su «Summa theologica». Recomiendo también trabajos de Isidoro de Sevilla, Alberto Magno, Alberto Magno, Anselmo de Canterbury, Hildegarda de Bingen, Bernardo de Claraval, Alfonso X el sabio, Philippe de Vitry, Dante Alighieri…

Al ser además el período medieval una disyunción de la era clásica, también creo elementales los pensamientos políticos de Heródoto de Halicarnaso o Tales de Mileto, Platón a los ojos de Aristóteles, Policarpo de Esmirna, Marco Aurelio y la literatura antigua, como la Ilíada, la Odisea o Helena. Sé que estoy dando una visión excesivamente generalista del tema, pero la visión que hoy en día llamaríamos anarquista sobre el poder ha permanecido, quizá, hasta el absolutismo de las monarquías modernas provenientes del pensamiento luterano.

Como autores modernos pero de pensamiento tradicional, recomiendo encarecidamente a Réginald Garrigou-Lagrange, Étienne Gilson (un grandísimo filósofo sobre el pensamiento medieval, recomendadísimo su libro «El Espíritu de la Filosofía Medieval»), el argentino Leonardo Castellani, el colombiano Nicolás Gómez Dávila, G.K. Chesterton, C.S. Lewis, Hilaire Belloc y su pensamiento económico contraliberal y contrasocialista: el distributismo; basado en en principio de subsidiariedad (un autor más moderno distributista es Ernst Friedrich Schumacher), Søren Kierkegaard, Carl Schmitt, John Henry Newman e incluso el pensamiento político de J.R.R. Tolkien.

Éste último precisamente se definía políticamente como anarquista, y también monárquico. Algunos que no conocen del tema le acusarían de contradictorio, sin embargo no hay nada como tal. La oposición anarquista con el Estado y toda la estructura social que le subyace no entra en contradicción con el reconocimiento de autoridad legítima (y limitada como decíamos) en el monarca (no absoluto) y la jerarquía social natural que le subyace.

En España tenemos un par de grandes autores contemporáneos de un puro pensamiento tradicional, y por lo tanto cercano a todo lo que tratamos de decir, como Rafael y José Miguel Gambra, con el libro del segundo «La sociedad tradicional y sus enemigos», Miguel Ayuso, etcétera.

El tema es tan amplio que obligaría a escribir un libro sólo del tema jajajaajjaja

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Los medios de produccion han cambiado el nuevo medio de produccion es el software los dueños del software son señores malvados que por tener ese poder se corrompen a explotarte.

Solo usando software libre seremos dueño del medio que nos permite vivir y asi ser libres.

No estoy de acuerdo con ese termino de tegnofeudalismo. Para empezar esa epoca no fue tan oscura. El poder estaba muy repartido y el monarca era un noble más cuyo poder quedaba restringuido a sus tierras.

La mala fama de esa epoca le viene de la epoca de la Ilustración: el pasado oscuridad y la Ilustración la luz. Casualidades de la vida la Ilustración traería las monarquias absolutas y al nacimiento de los Estados-Nación.

Tegnofeudalismo, ¿de donde sale esa palabra? Buscando por Internet se la ve vinculada a libros de Yanis Varoufakis, Cédric Durand y a ciertos grupos de ideología socialista. Denuncian el supuesto poder absoluto de multinacionales y proponen como solución quitarles ese poder y administrarlo desde un estado con poder absoluto. Supuestamente seria mejor para aquellos que seguirian siendo vasallos. Como si el cambio de amo implicase mejora alguna.

Muy escéptico a soluciones promovidas desde arriba.

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