Mira me gusta conversar con personas como jóvenes un poco rebeldes. Pero me llama la atención qué clase de análisis haces para calificar algo como “bueno” puesto que el software privativo no lo conoces. Ni tú ni nadie aquí, sabe si un programa privativo no le está violando.
¿Por qué? Porque un programa privativo te priva de la libertad para estudiar cómo funciona, para modificarlo si hace algo que no te gusta o para añadirle una función que le hace falta ¿cómo, sino sabes qué hace el programa realmente puedes calificarlo como una joya? Me parece que no tienes un criterio maduro para calificar si un programa es bueno o no, sobre todo porque no estás considerando que un programa privativo te priva del control sobre tu propia informática, que es de hecho la definición de programa que no es libre.
Para reconocer si una joya es falsa o verdadera necesitas poder estudiarla y eso en la informática con el software privativo no se puede realizar. Así que hasta tu comparación me parece un poco ridícula.
un ejemplo de un software privativo muy bien hecho es solid works litearlmente puedes diseñar un reactor nuclear tiene mecanica elctronica esta hermosooo uwuwuwuuwuwu
No todas las personas valoran un software por las mismas características. Algunos lo valoran por las libertades que ofrece, otros por la seguridad, otros por la privacidad, otros por su funcionalidad, otros por una mezcla de las anteriores. @Alquimista dejó un ejemplo claro con SolidWorks y lo define como bueno por su funcionalidad, le permite hacer lo que él quiere y necesita hacer. Qué no es software libre? no lo es, pero por eso no deja de ser bueno para él, porque priorizó la funcionalidad sobre la libertad o sobre la privacidad. Y está perfecto, es su elección. El día que priorice otra característica, migrará y seguramente encuentre algún software libre que cumpla con lo que busca.
si me gusta el software libre uso linux pero no hay donde migrar. o usas los programas especificos o te jodes, Muy buena reflexion tu comentario es una perfecta conclusion.
Un programa privativo, aunque sea útil para hacer una función no puede ser bueno, porque su uso y distribución es inmoral. ¿Inmoral? Si, inmoral porque su uso y distribución conlleva a la perdida de la libertad del usuario, lo que lo mantiene dividido e impotente.
Dividido, porque es incapaz de ayudarse a si mismo o a los demás e impotente porque es incapaz de saber qué es lo que realmente el programa le está haciendo , y puede hacer cosas muy malas.
Si un programa privativo cumple una función y es útil para cumplirla esto no es otra cosa más que el cebo de la trampa y sus usuarios los pobres pececillos que caen en la dolora trampa. Solo que perder la libertad, mientras estás rodeado de ventajas y comodidades no es tan evidente y por lo tanto algunos son capaces de decir “no me importa la libertad del software, mientras que haga lo que necesito” sin si quiera considerar lo que realmente están haciendo.
¡Hola! Quisiera compartir mi experiencia con respecto a un proyecto que me tomó en completar mucho tiempo -más de diez años- se trata de una obra escrita con la pretensión de ser literatura, inicialmente escribía para mis amigos y me daba a la creación de historias para hacer montajes de narración oral escénica que es una rama de las artes escénicas prima hermana del teatro de monólogo muy famosa en algunos países de América Latina. Con el tiempo quise compilar la fuerza de esas historias en un texto largo que les diera dirección en un esfuerzo de contar la historia de un viaje que hice por varios países de Suramérica a la edad de 18 años viviendo de contar cuentos en colegios y escuelas así como haciendo auto-stop para desplazarme durante el año que duró esa experiencia que fue tan rica en aprendizajes que me pareció una buena idea poner todo esto por escrito a manera de crónica novelada.
El primer borrador lo saqué en ocho años y estaba narrado en primera persona, después empecé a editar el texto y a pulirlo de modo que cuando ya tenía un 60% hecho tuve un inconveniente con el windows en el que estaba trabajando perdiendo el trabajo de edición en una reseteada de mi computadora pórtatil donde de la noche a la mañana perdí todos los meses en trabajo de edición, en ese tiempo ya tenía medio cuerpo metido en linux que sí se mantuvo intacto, lloré la pérdida de esas horas de trabajo, desistalé windows para siempre y me prometí no volver a tocarlo ni con un palo y abandoné el proyecto por varios años, aunque todavía me gustaba el contenido la forma me pareció inadecuada para el propósito de la obra así que me puse a trabajar de nuevo en la edición y reescritura en tercera persona de todo el texto, aprendí que nuestra vida no es un documental sino más bien un relato que nos contamos a nosotros mismos.
El punto es que en el mes de septiembre de 2025 por fin le puse punto final a este libro que se llama ‘Cuentos viajan por Sudámerica’.
¿Valió la pena? Claro que sí, por el simple hecho de haber cerrado un ciclo que había dejado abierto por mucho tiempo, el descanso de salir de ese proyecto ya era una alegría en sí misma, sin mencionar el orgullo valiente de haberme expuesto en el mundo de las letras aunque en términos prácticos hasta la fecha no haya recibido ningún beneficio económico por haber escrito ese libro el salto psiquico (como diría el psicoanalista) ha sido inmenso y puedo decir que me encuentro en otra etapa de mi vida abonada por la confianza que gané al realizar este arduo trabajo.
Me sirvió mucho la experiencia porque encontré mi voz propia en el estilo de narración, así como pude delimitar el marco conceptual con el que observo el mundo y en un acto de rebeldía desestimé por completo la rogadera a las editoriales para que publicasen mi obra, de ahí que la comparta de forma gratuita y libre a todo mi circulo de amigos y familiares.
Por si acaso alguien de este lindo foro tiene la tentación de hacerse a una copia virtual -no he llegado a imprimir ni un solo ejemplar- con todo cariño le puedo enviar una copia de esta crónica, basta con que me escriban un correo a:
